"Si no descuidas tu aspecto, te tiñes el pelo, o si tus hijos pequeños van aseados, no eres pobre, porque el Auténtico Pobre ni puede ni debe parecerse a nosotros: debe quedar relegado a lo humillante, a lo indigno, a la vergüenza"
Y esto en una sociedad cada día más competitiva, de degradación de servicios sociales a golpe de legislatura, y donde un porcentaje para nada despreciable de la sociedad española pasa literalmente hambre. Incluidos los niños.
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