No es posible matar a Dios, pero sí lo es a la Pachamama ( www.15-15-15.org )
(Julio García Camarero) Enaltecer el crecimiento económico significa enaltecer el asesinato de toda vida en la Tierra.
El admirable poeta Blas de Otero exclamaba, angustiosamente: “Aquí no se salva ni Dios, lo asesinaron”.
Y el gran filósofo nihilista y también poeta Nietzche decía reflexivo: “Dios está muerto, ¿quién lo mató?: todos nosotros lo hemos matado”.
También solía decir Nietzche: “Todos los dioses deben morir”. Aunque yo pienso que más que a unos dioses concretos se refería a la idea de Dios en cada diferente y singular interpretación de las múltiples religiones que han existido y aún existen.
Pero para mí es imposible asesinar a Dios, simplemente porque no existe, ni ha existido: solo ha existido históricamente la idea opresora de Dios.
