Su trato a la homosexualidad o a la mujer ha sido bastante mejor que el de sus predecesores.
Declaró abiertamente que la Iglesia no es quien para juzgar la homosexualidad, y abogó por la unión civil de las personas homosexuales.
Fue el primer Papa de la historia que nombro a mujeres en altos cargos en la Iglesia (por encima de los obispos), como en la Congregación de los obispos o el Sínodo.
Por cosas como estas se ha ganado muchos enemigos y ha tensionado al Vaticano.
Obviamente queda mucho por hacer en la iglesia pero este tipo al menos remaba en la dirección correcta.