De esta manera, los retrotransposones añaden código al genoma humano con cada movimiento, lo que explica por qué 500.000 repeticiones de LINE-1 representan actualmente un asombroso 20% del genoma humano. Estas repeticiones impulsan la evolución del genoma, pero también pueden causar enfermedades neurológicas, cáncer y envejecimiento cuando LINE-1 se introduce aleatoriamente en genes esenciales o desencadena una respuesta inmunitaria, como un virus, que causa inflamación.