onainigo
Yo llegue a la conclusión de que una vez fuimos amebas, y poco a poco, en la simbiosis que es la milticelularidad, pues surgió una especie de ojo que el cerebro, al interpretar el paso de una sombra como un peligro, nos permitió sobrevivir y transmitir esa ventaja evolutiva a "nuestra descendencia" (el sexo no llegó hasta que fuimos peces), y luego, pues nos salió una oreja, y lo mismo.
La necesidad o ventaja de coordinar esos nuevos órganos y los subsiguientes es lo que hace surgir el yo, y la consciencia.