Nadie quiere reconocer que es de extrema derecha porque ya no se trata de un experimento o una ideología nueva que está por ver a dónde te lleva; por muy cazurro que seas, todos conocemos la historia de gobiernos de esa tendencia. No pueden todavía reivindicar abiertamente según que hechos -todo se llegará- sin incurrir en delitos de odio y hecerse el bienintencionado es la forma de propagar estas ideas.