Tienen sus mejores aliados en los gobiernos de ultraderecha de los países bálticos y Finlandia, los cuales tienen menos hablantes para cada una de sus lenguas, que las que pueden tener el Catalán, y hacen continuamente alarde de su ultranacionalismo y rusofobia sin vergüenza alguna...
Que lástima de Europa, cada vez tengo más claro que fue un error mayúsculo meter a esos países deprisa y corriendo para atender las presiones del tío Sam...