Estoy convencido de que más pronto que tarde veremos un viejo y destartalado crucero atracado en medio de la bahía de Palma con servicio de transporte hasta y desde tierra, para trabajadores que estén dispuestos a malvivir de esta forma.
Si un bicho de esos puede albergar con comodidad a 3.000 turistas bien podrá hacinar a 10.000 trabajadores precarios por un reducido coste.