Donde tú ves un empresario rancio, yo veo al típico político que lo mismo hasta se hace llamar 'de izquierdas' pensando en alto.
Eso sí, aunque el resultado es el mismo en la práctica, por desgracia no lo dirían tan claro.
Ya que siempre es mejor crear un enemigo común en el imaginario, llamémosle empresario rancio, para no centrarnos en que esos empresarios hacen lo que les permiten nuestros representantes: parasitar nóminas