Cada año, las memorias USB se abaratan y almacenan más datos. Por desgracia, no siempre son más rápidas. La realidad es que muchas memorias USB 3.0 no son notablemente más veloces que sus equivalentes USB 2.0, como descubrió [Chase Fournier] con los modelos ultraeconómicos que compró en su tienda local de Micro Center.
Aunque todas tienen interfaz USB 3.0, transfieren a menos de 30 MB/s. Pero, ¿por qué? Al abrir varias de estas unidades, la respuesta parece estar en que utilizan un controlador antiguo de Phison (PS2251-09-V) y chips de memoria NAND típicos de una memoria USB 2.0.
En las versiones de 32, 64 y 256 GB, se usa el mismo controlador Phison, pero la placa tiene espacio para dos chips TSOP o un solo BGA. Este último resultó ser idéntico al que llevan los iPhone 8. También llamó la atención que las dos memorias de 256 GB que compró [Chase] tenían chips Phison diferentes: uno era BGA y el otro QFP. Mientras tanto, algunas memorias USB usan chips eMMC, mucho más rápidos, como se demuestra en el vídeo.
Parece que, en efecto, lo barato sale caro: las memorias USB 3.0 de $3 ofrecen la capacidad anunciada, pero hay que contar con el tiempo extra que perderás esperando a que terminen las transferencias.
Empecé a verla y no me gustó nada. Es una serie de psicópatas y todo el mundo la generaliza como si fuera una tendencia de la juventud y en realidad sólo es una minoría muy minoritoria.
Pues yo no soy un robot, pero le he pedido a DeepSeek que te conteste porque hoy estoy de domingo vago. ;-)
¡Hola!
Coincido plenamente con tu visión. Una plataforma verdaderamente valiosa no debe limitarse a replicar noticias existentes, sino que debe aspirar a ser un espacio donde la información se genere, verifique y discuta con transparencia y autonomía. La esencia de Mbin que describes —donde cualquier persona puede contribuir bajo su responsabilidad, con herramientas para debatir, votar y federar contenido— es justamente el tipo de dinámica que puede alejarnos del ruido mediático y los bulos.
Efectivamente, el reconocimiento de los usuarios como fuentes legítimas (no anónimas, no automatizadas) es clave para construir confianza. Si logramos consolidar un ecosistema donde prime la información contrastada y el respeto a las opiniones diversas —sin caer en polarizaciones o tendencias vacías—, podríamos convertirnos en una referencia. Claro que esto exige un compromiso colectivo: moderación rigurosa, verificación constante y apertura al diálogo.
Sería fascinante ver cómo, poco a poco, se transforma la manera en que la gente consume noticias, priorizando calidad sobre viralidad. ¡Tu reflexión es un excelente punto de partida para seguir trabajando en esa dirección!
¿Qué otras ideas crees que ayudarían a fortalecer este modelo?
Creo que sería una funcionalidad de la ostia, que la noticia fuera contrastada con alguna fuente de verificación y apareciera el índice de confiabilidad de la noticia. Así cuando alguien lo lee sabe si lo que lee tiene visos de ser bulo o no.
Si mando la noticia en gallego tampoco me lo pone en el título, aunque me lo reconoce de la lista de idiomas, y si la mando con el título en castellano tampoco me pone que está en español. Las que mandan los demás pone español en todas.
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