Ateo mi "idea" es sacar el cambiar a modo claro o oscuro a un sitio mucho, mucho más visible, que a donde está ahora mismo.
El por defecto para el usuario? pues el del usuario, que para eso lo definió en su navegador.
Se podrían hacer apuestas de como será siempre el final de la supuesta guerra de Ucrania.
Partiendo de la base que unos llaman guerra y otros no.
Unos quieren la tierra y otros casi siempre tuvieron la tierra.
Pero la no tan nueva situación geopolítica ya rompe con todo, un punto demasiado incipiente como para decir que no interesa a nadie.
Quizás lo más relevante ahora es la teoría de un fin de "guerra" armamentístico, pero no en todo lo demás que muy probablemente será peor y mil veces mas batallado. Vivir en esas zonas debe ser casi un experimento "psicoanalíticosocial".
xikufran estamos en una nueva guerra fría, a días más calientes que otros.
Ese es el mapa ahora mismo. El resto, líneas a mal dibujar entre otanistas a un lado, brics en el otro, unos pocos que se dirán neutrales si esque eso existe, y ya.
Los que tengan suerte y soberanía entrarán en un bloque o otro. Los que estén en las fronteras que aprieten el culo, no les toque ser campo de juego de proxy.
Pero aquí en europa eso no nos afecta. Primero que no es posible elegir, y segundo porque nunca estuvimos en guerra con oceania
Esto somos tu, yo, y Juan Valdés, que vamos a tomarnos un cafeses de puta madre ni más ni menos que a "El mejor café del mundo", el local más rematadamente cursi de degustación de cafés de la ciudad.
El caso es que, tú sabes, te clavan una pasta por cada tacita, pero todo sea por darle gusto al puto ego. 10 pavos cada uno.
Bien, pues al llegar, como soy cafeinómano y ya llevo cuatro pal coleto con carácter previo, dejo mis 10 leuros sobre el mostrador y me voy directo a cambiarle el agua al canario, mientras Juan y tú os enfrentas a pedir las tres consumiciones, pagando también cada uno de vosotros dos, vuestros respectivos 10 eurazos.
Tras resoplar en un agradable temblorcillo y subirme la bragueta, regreso a vuestro lado y, miratú qué sorpresa, que el camarero es Bernardo, mi primo, que al verme, me saluda con efusiva cordialidad y to generoso, nos descuenta cinco pavos del total de la cuenta.
Bueno, pillo las cinco monedas y te doy una a ti, otra a Juan, y las otras dos, como no tengo unas tenazas, las meto en el bote del local, regresando así el guiño al Bernardo.
Total, que salimos del locar criticando el caro potingue que nos han puesto y de pronto, dice Juan Valdez:
-a ver, tios: tú (refiriéndose a mi), has puesto 9 pavos, igual que nosotros dos. Y dos euros en el bote.